Nacida en Caracas y de padres portugueses, Kimberly Dos Ramos se destaca por ser un ejemplo típico de la juventud venezolana demostrando noche tras noche su incansable lucha por ser una excelente actriz y dejando el nombre de su país en alto.
Con tan solo 21 años ésta hermosa venezolana ha trabajado en un gran número de telenovelas tanto en su país natal como en los EE. UU. y no conforme con esto, acordado con la revista People recibió el título de «ídolo juvenil» por su participación en la serie Grachi de Nickelodeon.
Hace poco comenzó un nuevo reto a través de las pantallas de Telemundo Marido en alquiler donde representa a una joven millonaria –Patricia Palmer- donde la caracterizan valores que han ido desapareciendo en la sociedad con el paso del tiempo: respeto, valor a la familia, amor, solidaridad, etc.
¿Cómo fue tu comienzo en la televisión?
Empecé a los 4 años en la televisión, más que una decisión creo que fue un proceso innato, mi mamá y mis hermanos que me ayudaron a descubrirlo ya que por ser la menor siempre iba a todos los casting de mis hermanos y en uno de ellos un productor le dijo a mi mamá por qué no hacía el casting y mi mamá me preguntó, le dije que sí, hice el casting, quedé y ahí descubrí qué era lo que me gustaba hacer.
¿De la actuación a administración de empresas?
Así es, no terminé mi carrera porque justo estaba en plena universidad cuando me tuve que venir a vivir para acá, llegué al segundo semestre de administración de empresa, una carrera que me encanta, me encantan los números y espero en algún momento de mi vida poder terminar mi carrera porque quiero tener mi título, pero bueno poco a poco veremos cuando Dios me dará un tiempito para poder hacerlo.
Tomaste la decisión de venirte a los EE. UU., algo que sabemos no es fácil, ¿extrañas Venezuela? ¿Crees que tu ciclo de actuación está cerrado allá?
Claro que sí, allá esta toda mi familia, mis papás, mis hermanos, mis tíos, mis abuelos, por ende, no hay un día que no extrañe mi país, además, el clima, la gente, la comida y eso es algo que nadie me lo quita y que siempre voy a llevar en alto. Estuve trabajando toda mi vida en Venezuela pero a raíz del problema que todos conocemos que hubo allá, el cierre de RCTV, el circulo de la TV se fue cerrando, gracias a Dios se me abrió una puerta acá en EE. UU. para venir a grabar un demo, por suerte causó mucho furor, lo compraron y me llamaron para decirme que había quedado y que me tenía que venir a vivir acá por las grabaciones, de verdad que sin pensarlo dos veces lo acepté, ya que yo quería un cambio y a la vez abrirme las puertas, que me conocieran en otras fronteras, yo quería que me vieran de otra manera, demostrar mi talento, y por supuesto seguir dejando el nombre de mi país en alto, y no soy solo yo sino el resto de mis compañeros venezolanos que nos encontramos aquí en Miami trabajando.
No solo modelo y actriz, sino que también cantas…
Sí canto, nunca fuí cantante profesional, pero ese dote de que sí puedo cantar fue algo que descubrí haciendo Grachi –serie de Nickelodeon- hicimos un gira de un show musical por la ciudad de México y en otros países también donde nos tocó tener profesores de canto, de baile, para poder hacerlo y ahí fue donde supe que además de que me encantaba la música también tenía alguito para cantar (risas), obviamente me falta mucho para desarrollarlo a nivel profesional, tendría que estudiarlo, es algo que no descarto, pero para mí lo principal es la actuación.
Hace poco se estrenó la novela en donde estas Marido en alquiler de Telemundo, donde interpretas a Patricia Palmer. Cuéntame, ¿de qué trata éste nuevo reto?
Patricia Palmer, mi personaje en Marido en alquiler se trata de una niña muy buena, porque lo heredó de los buenos valores de su padre Reinaldo (Juan Soler), que se crió en un mundo llena de mucho dinero, muchos lujos gracias a Teresa Cristina que es su madre (Maritza Rodríguez) a pesar de que su rango social es muy alto, no es materialista, es muy respetuosa trata a todo el mundo por igual, humilde, amigable, que trata a todas las personas por igual, para ella nadie es más que nadie, sin importar el nivel social. Conforme como vayan pasando los capítulos, va a tener muchos altos y bajos en su vida, en su manera de pensar en su relación con Antonio, que en este caso es Gabriel Coronel –venezolano- es una montaña rusa lo que vive mi personaje, a medida que voy leyendo los libretos digo ¡Guao! pobre Patricia lo que le toca, pero es un personaje muy rico, diferente a lo que he hecho, de verdad que estoy muy contenta con este reto, aunque es sumamente difícil estoy súper agradecida con Telemundo por permitirle darle vida a un personaje como éste.
¿En qué se parece Kimberly a Patricia?
Nos parecemos en que amamos a la familia, respetamos a los mayores, vivimos del amor, somos personas positivas que siempre le vemos el lado bueno a las cosas, pero debo decir que he aprendido mucho de este personaje, porque lo lindo de Patricia es que va a rescatar los valores que los seres humanos hemos perdido con el tiempo, me encanta porque el público no solo se va a enamorar de Patricia o de su relación con la familia sino que le va a hacer ver al público que tenemos que rescatar las cosas bonitas que tiene el ser humano, como el amor, lo positivo a lo que hacemos, que a pesar de las cosas malas que nos toque tenemos que salir con el pie derecho.
Tu padre en la novela es el guapísimo Juan Soler, ¿no te dicen tus amigas «oye, preséntame a tu papá»?
(Risas) Todo el mundo me dice eso, mis amigas, las mamás de mis amigas siempre me dicen «te voy a invitar a una parrilla el domingo pero tráeme a tu papa de la novela». Mi papá en la vida real cocina divino, es por eso que el personaje de Juan Soler me recuerda muchísimo a él, porque los dos cocinan espectacular y a los dos los quiero (risas).
¿También tienes a tu hermano actuando en la novela?
Así es, Lance Dos Ramos, él estuvo también conmigo en Grachi, ahora estamos en este proyecto para Telemundo, grabamos muy poco juntos porque su personaje no tiene nada que ver con el mío pero sí nos topamos en el estudio, por los pasillos, y es muy cómico porque los directores, los técnicos, siempre nos ven y nos echan broma de que «ustedes se ven todo el día y también en los estudios». Por suerte no estoy sola y cuento con alguien de mi familia, es mi apoyo.
Tus compañeros de trabajo me comentaban que te aprendes los guiones rapidísimo, ¿siempre fuiste así?
La verdad estoy súper agradecida con Dios de poder hacer y trabajar en lo que me gusta, porque para mí es un hobbie, un pasatiempo, de haberme dado ese don que tengo de cómo me decías aprenderme los guiones rapidísimo, generalmente me gusta estudiar en la noche, pero ahora que estamos grabando mucho, nos agregan escenas y es ahí donde incluyo mi don (risas). Donde más que nada yo creo que es involucrarse con el personaje y saber lo que el texto quiere transmitir y así es mucho más fácil. ¡Qué bien que mis compañeros digan eso! (risas).
¿Cómo se ve Venezuela desde aquí?
¡Guao!… (suspiro). La veo como una foto que quisiera meter la mano y tratar de arreglar todas las cosas que no están ubicadas en su lugar, pues todos sabemos que ha tenido muchos altos y bajos y muchas cosas, la mayoría negativas desde mi punto de vista, pero lo único que podemos hacer desde acá todos los venezolanos es a través de nuestro trabajo, limpiar el nombre de Venezuela y dejarlo en alto, y dejarle saber al resto del mundo que nos ve por las pantallas, que es un país extraordinario y maravilloso, que aún tiene personas con el corazón más lindo del mundo, con los mejores paisajes, con la mejor comida, amo a mi país y entre mis oraciones está que Venezuela mejore y las cosas se vayan encaminando poco a poco. Mente positiva, no nos queda de otra. El hecho de que muchos venezolanos estemos aquí en EE. UU. no quiere decir que no seamos venezolanos o que no apoyemos lo que sucede, yo creo que en parte también somos afectados porque queremos estar allá cada día, ayudando o aportando algo, pero no podemos porque el trabajo no nos lo permite, pero que tomen en cuenta que los que estamos aquí estamos dispuestos a ayudar así sea con lo más pequeño a Venezuela.
Para trabajar en novelas aquí te piden mantener un acento neutro, te escucho hablar y ya no es el acento venezolano. ¿Se va perdiendo con el tiempo?
No, no lo perdí para nada, apenas me junto con un venezolano, empiezo a decir todas las palabras que nos caracterizan que si «chamo, chévere» (risas), pero como tú lo comentaste, para este tipo de trabajo no es solamente el reto del personaje, sino muchas ramificaciones en las que uno tiene que trabajar, entre esas está el acento que debemos neutralizarlo un poco por el tema de que estas novelas se ven en otros países. Pero sigo siendo venezolana, esto es simplemente parte del personaje, de mi reto actoral.
Aunque Marido en alquiler apenas empieza, las grabaciones están a punto de acabar ¿ya sabes que harás después?
Es algo que vengo pensando hace algunos meses, todavía nos queda un tiempito de grabación. Gracias a Dios tengo tres años trabajando sin parar, estaba pensando si tomarme un break, unas pequeñas vacaciones, pero si me llega un proyecto que me enamore lo aceptaría porque hay que aprovechar que estamos jóvenes y podemos seguir sin parar. Pero yo lo dejo en manos de Dios a ver con que proyecto me sorprende.
Y a nivel de cotilleo ¿cómo está el corazón de Kimberly?
¿El corazón? (risas). El corazón bien, enamorado de Patricia.
¡No me mientas, Kimberly!
(Risas) Por el momento estoy soltera, no me ha llegado la persona que me enamore, pero mi corazón está abierto para cuando llegue la persona indicada. Por el momento concentrada, por una parte para mi es súper bueno estar soltera, porque me puedo dedicar mucho más a mi trabajo, por el hecho de pararme temprano, de estudiar, de salir de grabar y venirme a dormir, el ritmo de vida de nosotros los actores es complicado, los horarios son sumamente fuertes y el hecho de tener un novio sería complicado, pero si llega la persona bienvenida.
Eres muy activa en las redes sociales, ¿en qué momento lo haces?
Bueno justamente el poco tiempo que tengo libre se lo dedico a Twitter, ya cuando salgo con mis amigos casi que me odian solo por estar pegada al teléfono, es que yo me pongo en el lugar de mis fans, si yo tuviese un ídolo al que siempre le escribo, ¿que quisiera yo? Que me respondieran alguna vez, o ver una foto, lo que quieren es que yo los complazca como lo hacen ellos conmigo apoyando, votando por mí, y la manera de complacerlos es así.
Tienes muchos fanáticos, ¿algún mensaje para ellos?
«Quiero agradecerle profundamente a todos mis fans que me poyan todos los días por Twitter, por Instagram, por todas las redes sociales, ya que mi trabajo es por ellos y para ellos, estoy donde estoy y son quien soy en muchos países por el apoyo que ellos me brindan día a día en cada uno de mis proyectos, sino no existiera de alguna manera, de verdad infinita gracias».
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